Inicio » LIBRE Y REIVINDICATIVA »
Lo que no dices, a veces se convierte en un nudo en la garganta que no te deja hablar.
Lo que no dices, a veces es una losa en el pecho que no te deja respirar.
Lo que no dices, a veces es un dolor en el estómago que no te deja probar bocado.
Lo que no dices, a veces se convierte en una ansiedad que no te deja dormir.
Lo que no dices, a veces se convierte en un manto de tristeza que te envuelve y del cual no puedes escapar.
Lo que no dices, a veces apaga tu luz y se convierte en oscuridad continua.
Lo que no dices, a veces te duele tanto que lo único que puedes hacer es sonreír para que nadie note que estás muriendo poco a poco.
Lo que no dices…
Pero llega un día que si lo dices. Y lo dices bien alto. Y decides sanar. Y decides que no hay nada más importante que tú. Y empiezas a salir de la oscuridad. Y el manto de tristeza empieza a transformarse en una capa de súper héroe. Y sales a la calle. Y el nudo de la garganta desaparece. Y gritas a pleno pulmón. Y la losa del pecho se desvanece. Y respiras lo más fuerte que puedes.
Y la ansiedad te dice adiós al mismo tiempo que los pensamientos de dolor. Y los monstruos se van. Y si no se quieren ir, tú les echas dando un portazo. Y empiezas a sonreír. Pero esta vez de verdad. Y vuelves a mirar a tu alrededor y todo vuelve a su sitio. Y el pozo se cierra. Y tú, vuelves a ser tú. Como siempre lo has sido, pero ahora incluso mejor.
Lo que no dices, te oculta. Lo que sí dices, te empodera. Nunca te calles querida.
B E S I S💋
«No tengo miedo a las tormentas porque estoy aprendiendo a navegar mi barco.»
LOUISA MAY ALCOTT
En la oficina de día. Superheroína por las noches. Escribo por placer. Rebelde y reivindicativa por naturaleza. Intentando hacer las cosas lo mejor posible, pero no siempre me sale. ¿Quieres saber más de mi?