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En tiempos antiguos (o lo que es lo mismo, cuando estaban abiertos los bares), una tarde como hoy, acabando de salir del trabajo, estaría camino de uno de esos preciosos lugares con barra y serpentín con la ilusión de beberme una buena cerveza (o unas cuantas, o unas muchas) para celebrar que tenemos por delante un largo fin de semana.
¡Ay que tiempos aquellos! Parece que hiciera ya dos meses ???
En cambio hoy ha sido un día muy diferente. Con todo el tema este de la desescalada que yo como buena rubia, no entiendo mucho, lo único de todas las fases que me ha quedado claro es que a partir de lunes podría ir a mi querida peluquería, pero eso sí, con cita previa.
Digo, perfecto: «Yo y mi peluquera juntas, con nuestra mascarilla, guantes y compartiendo gel desinfectante mientras me pone mi maravilloso tinte, para volver a ser rubia de raíces a puntas» …¿suena bien verdad? ??? …. ¡JA! La primera en la frente. Llamo a mi peluquera, y después de 10 minutos hablando acerca de nuestras cosas, le digo:
?♀️Yo: Bueno, pues lunes nos vemos por fin…
??Peluquera: Creo que lunes no va a ser posible.
?♀️Yo: Bueno, pues martes…total por un día más…
??Peluquera: Tampoco tengo hueco
?♀️Yo: (ya un poco indignada): Bueno, venga…pues miércoles apuntame para la tarde.
??Peluquera: Bueno, mejor te digo yo los huecos que tengo libres y me dices tú cuando puedes venir…
?♀️Yo: Perfecto, dime…
??Peluquera: ¿Te viene bien el viernes?
?♀️Yo: ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! Magnifico
??Peluquera: Viernes de la última semana de Mayo. Te apunto..
Yo me hubiera pagado a mi misma por ver la cara de «pokerface» que se me ha quedado. ¡¡¡¡Hasta finales de Mayo!!!! Imposible…dos meses de raíz me parece un disparate, pero treeees!!! Eso ya es un despropósito ??
En fin, resignada he aceptado mi cita, me he despedido y he colgado el teléfono. Después de un rato pensando en mi misma cuando mis raíces eran rubias, me he dado cuenta que tener la cita a finales de mayo, ¡es una estupenda noticia! Porque eso quiere decir que mi peluquera no va a perder su negocio, que es una autónoma (como otras miles) que vive de sus manos y trabajo propio, que tiene su agenda llena de citas, y que entre todas sus clientas no vamos a permitir que pierda ni su sustento ni su sueño, y nosotras no vamos a permitir quedarnos sin su talento, y sus tintes.
¡UN ABRAZO ENORME A TODAS LAS PELUQUERAS DEL MUNDO! Sois maravillosas!! No vamos a dejar que perdáis vuestros negocios de barrio o de ciudad, porque las rubias del mundo (y morenas, y pelirrojas y castañas y de todos los colores) vamos a seguir poniendo nuestro pelo y nuestros corazones, en vuestros salones.
B E S I S
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«Es mejor llegar tarde, que llegar fea.»
MI PELUQUERA
En la oficina de día. Superheroína por las noches. Escribo por placer. Rebelde y reivindicativa por naturaleza. Intentando hacer las cosas lo mejor posible, pero no siempre me sale. ¿Quieres saber más de mi?