Inicio » PSICOLOGIA PARA LA VIDA DIARIA »
No soy tonta, solo tengo el síndrome de la niña buena.
Queridas rubias, morenas, castañas, pelirrojas y de todos los colores, como comentaba en la introducción de esta nueva sección Psicología para la vida diaria, en muchos momentos de mi vida me he sentido realmente mal conmigo misma lo que me ha llevado a tomar malas decisiones que han hecho que todavía me sienta peor. Un día decidí que quería encontrar respuestas para entender mi forma de actuar y relacionarme con el mundo, así que empecé a ir a terapia con una psicóloga especializada.
A partir de ahí empecé a interesarme muchísimo por la psicología y empecé a leer y a preguntarle a expertas en la materia. Muchas cosas me llamaron la atención, pero en este artículo me centraré en el Síndrome de la niña buena.
Hace unos meses hablaba con una amiga que tenía problemas en el trabajo y me explicaba con mucha angustia y malestar lo que le estaba pasando. Sus palabras fueron muy parecidas a esto:
«¡Estoy harta! La mayor parte de mi vida me la he pasado anteponiendo las necesidades de los demás a las mías propias. Por mucho que me yo me diga a mí misma: «No, esta vez voy a decir que no, o no voy a hacer esto, o me voy a mantener firme en mi decisión» al final acabo cediendo sin imponerme porque quiero evitar el conflicto a toda costa. ¿Pero por qué me pasa esto? Si soy una mujer adulta, puedo tomar mis decisiones y me debe dar igual lo que los demás piensen de mi ¿no?
Me siento fatal porque en el trabajo se aprovechan de esta situación, trabajo muchas horas y otros se llevan el mérito. Además cuando algún compañero no hace bien su trabajo, soy yo la responsable de arreglarlo. Lo peor de todo es que si digo que no, la sensación de culpa es tan grande que creo ser la peor persona del mundo por no ayudar a arreglar el problema. Estoy estresada y me siento como una auténtica tonta. Eso es lo que soy ¡una tonta!😣😥»
Por supuesto la escuché, la consolé y estuve a su lado. La única recomendación que le hice en ese momento fue la que mejor me ha funcionado a mi: «Amiga, quizás sea buena idea que vayas a terapia. A mi me ayudó mucho hablar con una profesional para resolver mis problemas emocionales y conductuales». Y ahí se quedó la conversación. Nos despedimos con un fuerte abrazo y durante los siguientes días estuve pensando en ella y en si habría tomado la decisión de ir a terapia o quizás hubiera encontrado otra solución para sentirse mejor.
Pasó el tiempo y hace unas semanas nos volvimos a encontrar. Con mucha alegría esta vez, y bastante mejorada, me dio las gracias por la recomendación de ir a terapia y me dijo: «Moni, ya se lo que me pasa y darle nombre me ha hecho sentirme mucho mejor; no soy tonta, solo tengo el síndrome de la niña buena.»
¿El síndrome de la niña buena? ¿Qué es eso? -le pregunté- No era la primera vez que lo oía pero nunca me había preocupado de saber exactamente en qué consistía.
Al parecer el síndrome de la niña buena se da principalmente en mujeres (en hombres también, pero en menor porcentaje) que, en su búsqueda por agradar a todo el mundo, se han perdido a si mismas y también a su amor propio. Está asociado a personas que la infancia son educadas para agradar a los demás creyendo que solamente son dignas de ser queridas si complacen en todo. En la edad adulta, esto genera una gran ansiedad, baja autoestima y sentimiento de culpa ya que no son capaces de imponerse y expresar sus necesidades y emociones.
No soy tonta, solo tengo el síndrome de la niña buena.
En cuanto mi amiga me contó esto, me vino a la cabeza el dicho popular: «Es una mujer de las que ya no quedan», refiriéndose a esas mujeres de antes que se conservaban tras las puertas de su casa, prudentes, como piezas de museo valoradas, que aceptaban de buen grado todo lo que los demás le dijeran o pidieran sin llevar la contraria, es decir, mujeres a las que hicieron creer que su valor social estaba ligado a ser percibidas como agradables e incluso sumisas.
¡Que razón ¿verdad?! Si es que calladitas estábamos más guapas, aunque mentalmente estuviéramos totalmente sometidas… (nótese la ironía a kilómetros 😑).
Volviendo al síndrome de niña buena, aunque cada caso es diferente, las características más comunes que sufren las personas que lo tienen son las siguientes;
- Incapacidad para decir NO, dejando de lado sus propias necesidades. Esto genera mucha frustración y ansiedad.
- Reprimen el enfado y huyen del conflicto. El miedo a enfrentarse a otros y dejar de tener una imagen positiva para los demás, hace que les resulte muy difícil luchar por sus propios derechos.
- Problemas para tomar decisiones. Les resulta muy difícil tomar decisiones propias porque siempre tienen que tener en cuenta «el qué dirán» o «el qué pensarán de ellos». Los demás siempre deben salir beneficiados aunque eso implique que la persona afectada salga perdiendo.
- No existe margen de error: Fallar a los demás no es una opción y les genera mucho miedo. Cualquier pequeño error hace que se machaquen y la autoexigencia se imponga. La idea de que alguien piense que están haciendo mal las cosas no es aceptable.
- No salirse del molde. Cumplir las normas y cumplir las expectativas de los demás es primordial. Es como si los demás fueran los jueces de todos sus actos ya sea a nivel personal, social o laboral.
Y ahora la pregunta del millón… ¿Cómo se supera el Síndrome de la niña buena? Pues yo no puedo dar una respuesta fiable, básicamente porque soy escritora no psicóloga. Podría escribir aquí todo lo que he leído en artículos y páginas de psicología, pero seguiría sin ser fiable.
Lo que si puedo decir con toda la fiabilidad del mundo, es que si crees que puedes tener este síndrome o cualquier otro trastorno mental, lo mejor es que te pongas en manos de alguna experta o experto en psicología que te ayude a identificar qué te pasa, reforzar tu autoestima, trabajar el diálogo interno, dejar de juzgarte y quitarte el miedo a saber quién eres ❤️
Por último y, aprovechando la temática del artículo, me gustaría compartir contigo querida lectora (o lector) un listado de derechos asertivos que me facilitó mi psicóloga y que me han ayudado muchísimo a reforzar mi autoestima y visión personal. Recuerda que TIENES DERECHO A:
- Ser la primera en ocasiones. Actuar en base a tus necesidades o apetencias no te hace egoísta.
- Decir “NO”.
- Pensar de manera propia y diferente.
- Cambiar de opinión.
- Decidir la importancia de las cosas.
- Hacer peticiones.
- Rechazar una petición.
- Expresar sentimientos cómodos e incómodos.
- Elogiar y recibir elogios.
- Ser escuchada y tomada en serio.
- Decir NO sin sentir culpa.
- NO dar razones o excusas para justificar tu comportamiento..
- Decir cosas que no debieras y equivocarte.
- NO responsabilizarte del bienestar de los demás.
Un abrazo queridas. B E S I S💋
«Una persona no puede estar cómoda sin su propia aprobación. «
MARK TWAIN
Imagen de balasoiu en Freepik
En la oficina de día. Superheroína por las noches. Escribo por placer. Rebelde y reivindicativa por naturaleza. Intentando hacer las cosas lo mejor posible, pero no siempre me sale. ¿Quieres saber más de mi?